domingo, 16 de julio de 2017

De qué hablamos cuando hablamos de Ansiedad.

       


La ANSIEDAD es una de las emociones básicas que configuran nuestro mundo emocional. A pesar de sernos tan familiar goza de una mala prensa indiscutible. A ella se le atribuyen trastornos emocionales graves, infelicidad, enfermedades e incluso la muerte.
          ¿Pero tan perniciosa es?  En este artículo me gustaría mostrarla de la manera más realista posible, entendiendo que el realismo es la clave de la salud emocional.

          Primero una equeñpa explicación. La ansiedad es una respuesta automática e involuntaria que se activa cuando percibimos algún tipo de amenaza, ya sea real o imaginaria, en una situación determinada o ante su expectativa. Su función es prepararnos física y mentalmente para afrontarla y aumentar la probabilidad de salir airosos. Es una respuesta evolutiva, y es ahí donde hemos de encontrarle el sentido.

          ¿Se imagina ir de excursión y toparse con un oso enfadado? ¿Qué considera que es mas útil para salvarse, estar muy relajado, o tener los músculos tensos y el corazón acelerado listo para huir?

           La evolución ya contestó por usted y concluyó que se salvaban mas vidas estando nervioso y activado. En verdad hay tres tipos de respuesta ante una amenaza: huir, atacar y quedarse paralizado, inmóvil. Huir parece lógico ante nuestro oso, atacar es una opción, aunque ante un oso no sería la primera, y, la de quedarse paralizado también tiene su sentido ya que puede ayudarnos a pasar desapercibidos. En cualquier caso el cuerpo necesita estar a tono con la situación.

           En este ejemplo la amenaza percibida es hacia nuestra propia vida, pero el este concepto es amplio, muy amplio de hecho. Para un estudiante puede ser un examen, para una madre la tos de su bebé, para un padre de familia la posibilidad de que lo despidan, para una enamorada que su pareja se fije en otra, para un adolescente ser excluido del grupo de amigos...Y es que vivimos en un mundo donde casi todo es posible y no tiene porqué coincidir con nuestros deseos.
            Se habla de que el miedo es siempre, de una forma u otra, miedo a la muerte. Pero muerte no tiene porqué ser aniquilación física. En este aspecto, diferenciamos tres tipos de "muerte" para el ser humano: la física, la del Yo o la locura y la social.

  •            El miedo a la muerte física lo activa la amenaza de un animal, otra persona, una enfermedad, una actividad de riesgo...No olvidemos que  esta puede ser subjetiva e imaginada, no tiene por qué ser objetivamente cierta.
  •            El miedo a la muerte del Yo o miedo a la locura. Experiencias emocionales intensas, como la propia ansiedad, pueden inducir a este tipo de temor. El consumo de drogas es quizá la primera causa para este tipo de miedo. Es habitual tratar en consulta a personas aterrorizadas por el trauma de sentirse enloquecer por una mala experiencia con estas sustancias.
  •             El miedo a la muerte social. Somos seres sociables y necesitamos de la tribu para subsistir. Un ser humano cuando nace es absolutamente dependiente de su entorno. Pero siendo adultos, también, siendo aún más evidente en otros tiempos. Imaginemos cómo sería vivir expulsado del clan hace 20.000 años. Un humano solo era probablemente un humano muerto. La necesidad de aceptación provoca este tipo de temor. Sus formas son múltiples: miedo a hacer el ridículo, a que piensen que soy tonto, a hablar en publico, a que detecten mis debilidades... En fin, miedo al rechazo.

             En muchos casos los niveles de ansiedad son elevados de forma crónica por tener miedos personales activados continuamente. Un ejemplo sería el del empleado perfeccionista que vive con el continuo temor a fallar y no estar a la altura de lo que sus superiores esperan de él. Los niveles altos de ansiedad le dan energía para rendir al 110% y así evitar que lo juzguen como mal trabajador. El coste personal puede ser muy elevado.
   
            Como comentaba antes la función de la ansiedad es prepararnos física y mentalmente ante una amenaza real o imaginaria, teniendo en cuenta que nuestro cerebro en demasiadas ocasiones no distingue la diferencia. Pues bien, la preparación física es una activación del organismo que nos facilita dicho afrontamiento. De esta forma el corazón latirá mas rápido, la respiración se agitará, y todo ello para inyectar sangre extra oxigenada a nuestros músculos responsables de ataque/huida. Pero los cambios fisiológicos son muchos más. Esta activación provocará un "recalentón" en el sistema, por eso sentiremos calor, la tensión muscular excesiva provocará temblores, etc. Y así, se producen muchos cambios físicos que la persona puede no interpretar correctamente...y encender a su vez algunos de los tres tipos de miedo. De la misma manera los pensamientos son rápidos, a veces atropellados, pero no olvidemos que solo pretenden encontrar soluciones ante el problema.

           Mas adelante incluiré las sensaciones de la ansiedad y cómo las malinterpretamos en muchos casos, favoreciendo la mayoría de los problemas emocionales por los que se acude a la consulta de un psicólogo. Pero ese será en otro artículo.
         
            Concluyendo, la ansiedad es una respuesta que nos ayuda a salvarnos de los peligros de vivir. La respuesta puede ser intensa pero no es peligrosa. No tendría sentido adaptativo. Se puede decir que es incómoda, desconcertante, muy molesta, pero repito, no ES PELIGROSA. Es el guardaespaldas que la evolución nos ha asignado. No tiene sentido que nos mate el guardaespaldas. ¿No cree?😉